En la América indígena desde tiempos remotos sus pobladores consumían plantas alucinógenas, atribuyéndolas el poder de curar, encuentro o culto a dioses y poderes diversos. América es el lugar donde se ha encontrado la mayor diversidad de plantas que contienen principios psicoactivos. Estas plantas contienen sustancias químicas capaces de originar estados especiales de conciencia que originan alteraciones de los sentidos.