Segunda parte del artículo sobre los adulterantes del cannabis. Leer primera parte.
Ningún estudio parece, pues, corroborar las vehementes quejas de los usuarios de cannabis al respecto de las supuestas adulteraciones de la que es objeto su droga de elección.
Ninguno… No. Un pequeño estudio británico iniciado en el año 2000 por Neil Montgomery, del departamento de Antropología Social de la Universidad de Edimburgo, analizó un reducido número de muestras de hachís remitidas por el Servicio de Aduanas e Impuestos de Su Majestad (como lo oyen: Her Majesty’s Customs and Excise). Resultados: una de las muestras analizadas demostró tener regaliz, otra estaba compuesta de tierra en un 80%. Además, según palabras del autor, «estas muestras parecían contener un exceso de cera, pero algunas muestras no parecían contener adulterantes o contaminantes en proporciones tan obvias como otras». Asimismo, el análisis de algunos ejemplares arrojó perfiles cromatográficos anómalos (grandes manchas amarillas), que fueron interpretados por los investigadores como indicativos de la presencia de compuestos fenólicos (ahora bien, los compuestos fenólicos podrían tener su origen en la propia planta del cannabis, de modo que, mientras no se determine exactamente la naturaleza y la procedencia de tales compuestos, resulta claramente aventurado hablar de adulteración).
Otro estudio en el que se revisan los análisis realizados por la Brigada Antidroga de la policía irlandesa a lo largo de la década que va de 1968 a 1978 encuentra, por su parte, muestras de perejil, henna, café, Datura stramonium y extracto de carne vendidas como si fueran hachís, al igual que muestras de aceite de pachuli vendido como si fuera aceite de hachís. Es decir, más que adulteraciones en toda regla, lo que se detectan son fraudes puros y duros que, por otra parte, seguramente carezcan de mayor entidad que lo meramente anecdótico, puesto que, dadas las características de las sustancias empleadas, sería de suponer que la práctica totalidad de los usuarios con un mínimo de experiencia en el consumo estarían completamente inmunizados ante intentos de engaño tan burdos y torpes.
Por último, durante el año 2006 varias asociaciones cannábicas europeas, así como los gobiernos de Francia y Reino Unido, alertaron de la presencia en el mercado de marihuana con azúcares y cristales machacados que, al mismo tiempo que aumentan el peso de las partidas, les dan la apariencia de una calidad extrema, pues simulan un alto contenido en thc.
(Continuará)