El cactus San Pedro es sin duda una de las plantas mágicas más antiguas de Sudamérica: se usa desde hace más de 3.300 años. Conocido con el nombre botánico de Trichocereus pachanoi, es un cactus columnar de color verde azulado, de rápido crecimiento, y que puede llegar a alcanzar los seis metros de altura creciendo a un ritmo de hasta cuarenta centímetros anuales. Su altura máxima es de doce metros.
MESCALINA: más DEL 5%
Se han hecho cinco análisis químicos de San Pedro seco y sus resultados fueron: 0,1%, 0,331%, 0,357%, 2% y 2,375%. Un San Pedro puede ser 23 veces más potente que otro. Se sabe que para que contenga mucha mescalina el cacto debe cosecharse tras su florecimiento a los siete años (Tsamani 2005) y que el último año debe ser de sequía completa. Además el cacto más joven pero con más de seis años tiene más mescalina que los ejemplares viejos, según el especialista Manuel Torres (Rätsch 2005), y por supuesto hay especies, variedades o razas de San Pedro más fuertes que otras, como el Trichocereus peruvianus que es de 3 a 10 veces más potente según Turner y Montgomery, aunque un análisis sólo encontró un 0,82% de mescalina (Pardanani 1977).
Pero si se toma sólo la parte verde del cactus, y dado que el interior es una pulpa blanca que carece de mescalina, análisis hechos en USA encontraron más de un 5% de mescalina en tejido verde seco de peruvianus pelado (Torres 2007).
Además de mescalina el San Pedro contiene otras beta-fenetilaminas como la dimetoxi-B-fenetilamina, hordenina, y anhalonidina.
CULTIVO A PARTIR DE SEMILLAS
Es de fácil cultivo y de crecimiento muy rápido unos 20-30 cm. de altura por año, en el caso de un pachanoi maduro, por lo que se necesita un jardín o invernadero grande si se quiere que complete su desarrollo, alcanzando hasta 6 metros de altura. Para germinar las semillas de San Pedro usa tierra para cactus o arena de río. En las jardinerías venden tierra para cactus, la marca «Compo Cáctea» es ideal. Si se cultiva en tiestos, mejor los de arcilla. Al principio de la primavera, echa las semillas sobre la tierra. Cúbrelas con una fina capa, 1 mm., de tierra o arena, lo mejor es poner tierra dentro de un colador, y espolvorear por encima de las semillas. La mejor manera de regar es por absorción, o sea colocando el tiesto en una cubeta con agua y dejando que la tierra vaya absorbiendo el agua hasta quedar totalmente húmeda. También se puede regar con pulverizador hasta que la tierra este húmeda. Deja evaporar el agua 3 días, antes de tapar el tiesto con plástico transparente agujereado con un alfiler y sujetado al tiesto con una goma, así retienes la humedad y permites la ventilación. Pon el tiesto dentro de casa, a la sombra, en una habitación con una temperatura constante de unos 22°C el primer año. Germinarán en una o dos semanas un 15-25% de las semillas. Si germinan varios cactus muy juntos habrá que trasplantarlos cuando cumplan un año, separando cuidadosamente las raíces para no dañarlos. En un año pueden llegar a 1,2 cm. de altura, y quizás 2,5 cm. después del segundo año. Si ves que le salen manchas de hongos riega con un fungicida sistémico. Tardan unos 7 años en madurar por completo floreciendo, y se debe ir trasplantando, en primavera, cada dos años a macetas mayores cada vez. A partir de los cinco años puede crecer una media de 20 a30 centímetros al año.
Cuando es mayor el San Pedro es un cacto duro, resiste hasta -8 grados, y requiere el máximo de luz. Soporta los rayos directos del sol, pero después de aclimatarse. Cuando los cactus estén demasiado grandes para un tiesto o los trasplantes, puedes, para no dañar las raíces, sumergir el tiesto en agua, y dejar que la tierra se disuelva, separándose de las raíces. Antes de replantar espolvorea con tierra seca. Conviene regar todos los días si hace calor o está dentro de casa. Después, de noviembre a febrero riégalo a diario pero poco. Tras cada riego hay que comprobar que la tierra se ha secado bien antes de regar de nuevo. El riego excesivo, sobre todo con mucho frío, puede pudrir las raíces. La temperatura ideal nocturna es de 5 a10ºC, por el día 20 ºC. El San Pedro aguanta bien la sequía y no se pudre fácil en caso de alta humedad. Hay que abonarlos una vez al mes en primavera y verano con un fertilizante líquido para cactus que no tenga demasiado nitrógeno (el exceso de éste elemento debilita el tejido del cacto abriendo la puerta a enfermedades y plagas).
CULTIVO A PARTIR DE ESQUEJES
El cultivo a partir de esquejes es más sencillo, agarran con rapidez. Con un esqueje de unos 15 cm de largo ya basta para asegurar el rápido crecimiento de la nueva planta (la planta madre de la que se sacó el esqueje echará nuevos brotes alrededor de la sección cortada, siempre que dejemos un mínimo de 5 cm de longitud del brazo cortado). El corte debe ser un corte limpio y plano. Es muy importante dejar secar la sección del esqueje durante unas dos semanas en un lugar fresco y seco, antes de colocarlo de nuevo en tierra, pues de lo contrario al plantarlo podría pudrirse con facilidad. Si cuando la sección aun está fresca la espolvoreamos con hormonas de enraizamiento aceleramos en gran medida el proceso. Pasadas estas dos semanas colocaremos el esqueje en un tiesto enterrándolo a unos 2 a5 centímetros de profundidad, si no se sostiene puede colocarse una guía para sujetarlo verticalmente (Ruiz 1998). Es importante No regar durante unos días, después regaremos la tierra regularmente. También es importante colocar el esqueje en un lugar sombreado para evitar que pierda mucha agua por un exceso de temperatura. La época más indicada para esquejar es de abril a agosto (Ruiz 1998). La tierra más idónea para plantar los esquejes será la tierra para cactus de jardinería, la ya mencionada “Compo cactea”. Los ejemplares maduros de San Pedro agradecen un riego generoso durante la época de crecimiento (de la primavera al otoño), una tierra rica en nutrientes minerales y mucho sol.
FORMAS DE USO Y RECETAS
El cactus San Pedro tiene una piel exterior transparente que parece plástico. Si se retira esta primera capa aparece la piel verde superficial, y si se pela esta piel como si fuera un pepino se verá que hay una médula de color blanco que carece de mescalina. En la primavera del séptimo año de vida del cacto florece al anochecer. Es el momento de cosechar el tejido verde y secarlo para que ocupe menos y poder conservarlo indefinidamente manteniendo su potencia. Se suele cortar una punta de 7,5 a 50 centímetros de largo por 7 a 10 de diámetro, según la potencia del cacto y la intensidad del viaje deseado. Esto es entre 350 y 750 gramos de cactus fresco, que al secarse queda muy menguado.
La cantidad por persona de tejido verde seco varía entre un mínimo de 14 gramos para un viaje suave; unos 25 a 35 gramos para una toma moderada, y de 35 a 50 gramos para un potente viaje visionario de hasta 18 horas de duración.
El tejido verde seco troceado se pone en una olla grande con el triple de agua que de san Pedro. Se tapa y se deja hervir unas 6 o 7 horas. Cuando ha hervido unas 3 horas se echan 200 gramos de azúcar integral de caña, después se echa el jugo de un limón. Cuando el agua casi se haya consumido, cuando esté el agua un dedo o dos por debajo de la pulpa de san Pedro, entonces se filtra bien con un filtro de tela. Exprime bien, porque la pulpa retiene mucha agua. Conviene filtrar varias veces para eliminar la sustancia gelatinosa. Si se quiere guardar el líquido filtrado, se deja enfriar, se echa en una botella y se mete en la nevera, pero es mejor beberlo pronto o se acidificará un poco. Es útil chupar un limón tras beber San Pedro para que la boca no se quede amarga. Si primero se muele el tejido verde seco hasta pulverizarlo, basta con hervirlo un cuarto de hora en agua y el zumo de un limón, después se filtra varias veces con un filtro de tela. Los que toleran el sabor amargo se beben este líquido filtrado, otros prefieren que el líquido hierva un poco más hasta que al filtrarlo solo quede reducido a una especie de alquitrán. Este alquitrán de mescalina lo secan, lo pulverizan y lo meten en cápsulas de gelatina vegetal de venta en farmacias, así evitan el sabor amargo y hay que tragar menos cápsulas que si fueran de simple tejido verde seco molido. Aún y todo hay que tomar varias cápsulas para volar.
Caramelos de cactus se hacen machacando el tejido verde fresco, o seco re-hidratado con un poco de agua, en un mortero y añadiendo miel hasta que sea una pasta verdosa con la que se hacen bolitas pequeñas que se envuelven en trozos de trapo que se cuelgan hasta que se sequen y endurezcan. Así pasan bien al tragarlas, aunque luego vendrán los retortijones de estómago. Tras una a cuatro horas desde la ingestión se empieza a ver el aire y se entra en lo sagrado, se nota una sensación de que la vida aún es hermosa, se entra en el mundo de los espíritus, todo se relaciona con todo.
EFECTOS
Como muchos dicen, “con los cactos mescalínicos la resaca precede a la ebriedad”. Entre una y cuatro horas después de ingerirlos se puede sufrir uno o varios efectos secundarios desagradables: náuseas, vómito, mareo, sudoración, palpitaciones, dolores de estómago, pecho, cuello y cabeza, temblores y destemple (sensaciones de calor y frío), necesidad urgente de orinar, y malestar general. Algunas personas sienten como que están al borde de la muerte, con gran ansiedad y temor…pero esta fase pasa y nadie se muere, al contrario es vivificante y renovador, se siente euforia, alegría y exaltación, felicidad y ensoñaciones, fantasías agradables, visiones, distorsión de las percepciones sensoriales, sinestesia y ánimo contemplativo. Las visiones son lo más impresionante pero no todas las personas las tienen. Los pensamientos y las imágenes surgen a toda velocidad durante ocho a diez horas, aunque pocos dicen haber sentido cansancio. Tanto con mescalina como sin tomar nada a veces sentimos una sensación de irrealidad y sinsentido, que puede ser desagradable y alarmante al perderse los habituales puntos de referencia ordinarios. El efecto puede parecer mágico y cómico, pero siempre es muy intenso y extraordinario. La mescalina produce sentimientos e ideas de profunda significación, todo parece infinito y maravilloso, todo se relaciona con todo, sentimientos de unidad con el todo inundan el alma. Las mejores descripciones de los efectos de la mescalina están en el conocido y mil veces citado libro “Las puertas de la percepción” (Huxley 2004).
OBTENCION Y LEGALIDAD
Aunque la mescalina está prohibida, el cacto San Pedro es legal y se vende en viveros, jardinerías y tiendas de cáñamo. También puede comprarse cortado en trozos, en los mercados peruanos como el de los brujos de Chiclayo (norte de Perú). Un amigo que viajó a Perú nos contó que a la vuelta, en la aduana española un policía tomó entre sus manos el trozo de San Pedro y lo agitó como para ver si tenía algo dentro. Nuestro amigo pasó la frontera sin problemas, con su brazo de san Pedro. El mercado etnobotánico sirve tanto semillas como incluso tejido verde seco de Tricocereus pachanoi y de peruvianus. Hace unos años la policía entró en varias tiendas de cáñamo y se llevó peyotes y san Pedros menores de 5 años para –supuestamente- “analizarlos”. Todos los análisis dieron negativo en mescalina, porque como ya sabrán los expertos de la policía científica, estos cactos solo biosintetizan la sustancia a partir de los 5 años. Pero las tiendas vieron sus cactus destrozados y no recibieron indemnizaciones. Por otra parte, los viveros y tiendas de jardinería que venden estos cactus solo con el nombre científico en latín, NO recibieron la visita de nuestros protectores. Así funciona el Estado ¿democrático?. La inseguridad jurídica es total.
BIBLIOGRAFIA
Carrasco, Iván. 2000. “La receta de la Lupe”. Cáñamo 36 diciembre pgs. 75-76
Huxley, Aldous. 2004. Las puertas de la percepción. Edhasa. Barcelona.
Gállego, José T. 2001. Trichocereus spp. Cáñamo nº44 agosto, pgs. 94 a 96.
Pardanani y McLaughlin, 1977. Cactus Alkaloids XIX. Mescaline and related compounds from Trichocereus peruvianus. Lloydia 40(6): 585-590.
Rätsch, C. 2005. The encyclopedia of psychoactive plants. Ethnopharmacology and its applications. Park Street press. USA
Ruiz, Oscar. 1998. «Cultivo y preparación del San Pedro». Mundo High nº 5, pgs. 86-88.
Sacramento, K. 1998. Cultivo del San Pedro. Cáñamo nº 7 páginas 60-61.
Tarinas, J. 1998. Preparación del San Pedro. Cáñamo nº 8 julio-agosto, página 57.
Torres, Sebastián, 2007. Comunicación personal.
Tsamani, Kajuyali, 2005. “Ahuakulla, el cactus de los mil colores”. Cáñamo nº87 marzo, página 100.