Entre las muchas cosas que les tenemos que agradecer a los chinos una es por la invención del papel, sin él el progreso de la civilización hubiera ido más lento.
Los chinos fueron los primeros en producir papel en el siglo I d. C. El pedazo de papel más viejo del mundo se recuperó en una tumba cerca de Xian en la provincia de Shaanxi (China) fechado entre el 140-87 a. C. (Temple, 1986:81) (Li, 1974:293-303). Y los escritos más antiguos son textos budistas de los siglos II y III hechos con cáñamo. O un pedazo de papel de cáñamo con caracteres chinos cerca de Turfan en la provincia de Xinjiang en una tumba fechada sobre el 1100 (Li, 1974: 437-448).
La conservación de la escritura
Se sabe que en China hubo una rica producción literaria de alto nivel que se remonta al 3000 a. C. El primer soporte de esta escritura fue la madera sobre la cual se escribía partiendo del ángulo inferior derecho y se continuaba de forma vertical. Después de la destrucción de las tablillas ordenadas por el emperador Qin Shi Huangdi en el año 231 a. C. se utilizó un nuevo soporte, la seda, sobre la cual se trazaban los signos mediante una caña de bambú.
Relativamente poco tiempo transcurriría, a diferencia de los milenios del rollo de papiro (1), para que un nuevo soporte escritural hiciera su aparición y desplazara en poquísimo tiempo al pergamino: el papel. Invento chino que comienza con el llamado «papel de seda». Sin embargo, los chinos también escribían sobre un papel denominado «papel Baquiao» (por el lugar donde fue hallado por vez primera) y que era fabricado utilizándose fibras de cáñamo, mezcladas con una pequeña porción de fibras de ramio. El gran salto se dio el año 105, cuando T’sai Lun, director de los talleres imperiales y consejero privado en la corte del emperador Ho Ti de la dinastía Han, concibió la idea de preparar una mezcla de retazos de seda, corteza de morera, redes rotas, cáñamo y espinas de pescado en agua hirviente, la que luego maceró hasta conformar una pulpa. El papel se formó agitando esta pulpa en agua introduciendo un tamiz verticalmente, el que luego se retiró horizontalmente con leves sacudidas, permitiendo el drenado del agua y dejando una capa húmeda de pulpa formada por fibras entrelazadas. La estera de fibras se dejó secar al sol y se presionó entre dos piedras, conformándose así la hoja de papel. Este proceso estableció los principios fundamentales de la manufactura del papel.
Para fabricar papel de lujo se utilizaban trapos de cáñamo, algodón y lino que al golpearlos con mazos se obtenía una pasta líquida y homogénea, posteriormente se obtenían delgados hilos; un cuadro móvil determinaba el espesor del papel, se procedía a su secado con fieltros y exponiéndolo al aire se realizaban las operaciones de encolado y satinado. Poco tiempo después Zuo Bo perfeccionaría esta técnica, logrando un papel más fino.
Difusión del invento
Esta técnica de la fabricación de papel fue llevada a Vietnam y a Corea y de este último país al Japón. El papel finalmente se abrió camino hacia otras regiones, tomando más de 800 años en llegar al mundo Árabe. A mediados del siglo VIII la técnica de la fabricación de papel fue llevada a Arabia (fábricas en Bagdad, Damasco y Samarcanda). Al parecer los árabes lo copiaron a partir del 751 d.C., al descubrir entre los prisioneros de guerra, tras una victoria sobre los chinos cerca de Samarkanda, a algunos artesanos de la fabricación de papel. Los árabes se dedicarían a la fabricación y exportación de papel hacia Europa. El uso de papel, por lo económico y práctico, desplazó a todo otro soporte para la escritura.
En el siglo VIII se fabrica papel en Bagdad (actual Irak) y pasa a Damasco y Egipto. Llega a Marruecos en el siglo IX. Pero hasta los siglos X y XI no empieza realmente a ser usado en Europa y, con todo, tardará en desplazar al pergamino. En el año 1150 los árabes establecieron fábricas de papel en España. La fabricación de papel se propagó rápidamente en los siglos XI y XII en Córdoba, Sevilla, Granada y Toledo. En Játiva había una fábrica importante hacia 1150, si no antes, y se encuentran restos de molinos papeleros en muchas zonas. Su éxito se debió a la abundancia de cáñamo y esparto, producto característico del primitivo papel español. Gradualmente se esparció al resto de Europa, iniciando en Francia en el año 1190, usando una gran diversidad de materias primas. Las fábricas italianas proliferaron también a partir del siglo XIII, siendo especialmente famoso el de la villa de Fabriano o las de Bolonia, Prato, Toscana, Génova, etc. y el uso del papel terminó por imponerse definitivamente en toda Europa. En el siglo XV se imprimió la Biblia de Gutemberg en papel a base de cáñamo, el cual aún subsiste en excelentes condiciones. La fabricación del papel artesano culmina en el siglo XVIII con las fábricas de Cataluña, sin duda entre las principales y de mayor calidad de Europa, antes de la fabricación del papel industrial en los siglos XIX y XX. A comienzos de 1800 el mundo occidental hacía papel a partir de retazos y telas y es por ese tiempo cuando es inventada la primera máquina de producción continua de papel por los hermanos ingleses Fourdrinier. A finales del siglo XIX se iniciaba la búsqueda de material vegetal como sustituto de los retazos. El advenimiento de nuevas tecnologías de tratamiento químico junto con el uso de la madera como principal materia prima, fueron la plataforma para la continua expansión del papel y de la industria gráfica a nivel mundial. Como dice Zhuang Wei en su libro (2); «El papel y el método de fabricarlo inventados por China se había extendido por todo el mundo y numerosos pueblos no sólo lo usaban sino lo fabricaban. Esto fomentó considerablemente el desarrollo de la economía y la cultura de los diversos países» (Zhuang Wei, 1980: 37).
Fabricación del papel
El papel fabricado en China contenía trapos de lino y el cáñamo. Se deshacían en unas pilas y se dejaban macerar y fermentar en agua, para conseguir una pasta muy fina, a base de golpearla con martillos o con piedras de molino. Se formaba así un producto de fibrillas de celulosa que se depositaba en una cubeta metálica a temperatura constante, en la que se introducía un tamiz rectangular rodeado por un marco de madera, llamado forma y constituido por filamentos entrecruzados que componen una trama. Según la disposición de estos filamentos, así eran las formas y así daban lugar a distintos tipos de hojas, ya que con este utensilio se recogían las materias en suspensión que tenía la pasta de papel y con ellas se formaba una fina película que se extendía sobre un fieltro y así comenzaba a secarse. Las hojas resultantes se prensaban para alisarlas. Después se encolaban de una en una. Los árabes perfeccionaron mucho el uso de gomas para encolar a base de resinas o engrudos de almidón. Las hojas del papel suelen llevar una marca del fabricante, denominada filigrana, de origen italiano y documentada a partir de 1280.
La leyenda del origen del papel
Según cuenta la leyenda, la fabricación del papel se inventó por Ts’ai Lun, también llamado Cai Lun, en el año 105. Anteriormente los chinos tallaban su escritura en madera, en bambú, o en tejidos de seda (pero este último resultaba muy caro y los dos primeros muy pesados). Nadie sabe con Ts’ai Lun descubrió el secreto de fabricar papel de cáñamo. Al principio los burócratas de la corte china no supieron darle el valor que tenía. Así que Ts’ai Lun tuvo que fingir su muerte para saber quién estaba en contra de su invento. En el velatorio Ts’ai Lun descansaba pacientemente en su ataúd bajo tierra. Los que habían conspirado contra Ts’ai Lun para eliminar la prueba de que había existido su invento comunicaron a los que estaban allí que si quemaban papel, Ts’ai Lun volvería de entre los muertos para vivir otra vez con ellos. Los amigos y familiares que le querían se apresuraron a quemar todo el papel que había fabricado sobre su tumba para devolverlo a la vida; mientras tanto los conspiradores disfrutaban viendo como se quemaba todo el papel sin problemas. Los conspiradores para darles una mala noticia a los familiares y amigos y reírse de lo ingenuos que eran exhumaron el ataúd esperando ver el cuerpo sin vida de Ts’ai Lun y abrieron la tapa. La alegría de los conspiradores se volvió en susto y la pena de los familiares y amigos en alegría al ver como Ts’ai Lun salía de la tumba y se sentaba fuera de ella y les agradecía a los conspiradores su devoción a él y a su invento. La resurrección se consideró como un milagro y el poder se le atribuyó a la magia del papel. Aún sigue la tradición de colocar papel ardiendo encima de las tumbas de los muertos. Finalmente el papel tuvo el reconocimiento merecido y su inventor consiguió una posición importante en la Corte; aunque su final fue algo trágico ya que por disputas internas por una lucha de poder entre la emperatriz y la abuela del emperador, fue cabeza de turco, fue convocado para un juicio para condenarlo, él se fue a su casa, se tomó un baño, se peinó, se puso sus mejores túnicas y se bebió el veneno. Los chinos guardaron el secreto del papel hasta el siglo V que pasó al Japón y hasta el siglo IX que pasó a los árabes y a través de ellos llega al resto del mundo.
REFERENCIAS
(1) El papiro ha sido un material muy utilizado para la escritura hasta la conquista de Egipto por los árabes en el año 641, en el que se redujo el ritmo de explotación. La desaparición del papiro se produjo por el alto coste del transporte por barco, las sequías del Nilo y la baja producción del papiro egipcio. La utilización del papiro fue prácticamente universal hasta finales del siglo III cuando empezó a ser sustituido por el pergamino (que está realizado con el cuero de animales como la oveja, la cabra, el cordero o la ternera). A partir del siglo IV prevalece definitivamente el pergamino sobre el papiro.
(2) «Cuatro grandes inventos en la antigüedad china«: Ediciones en lenguas extranjeras, Beijing (1980)
BIBLIOGRAFÍA
Temple, R.K.G. China-Land of discovery. Patrick Stephens, Wellingborough. Reino Unido.
Li, Hui-Lin. The origin and use of cannabis in Eastern Asia. Linguistic Cultural Implications Econ. Botany (3) (1974)
Abel, E.L. Marihuana: The first 12,000 years. Plenum Press, Nueva York (1980)
Yu, Y. Agricultural history over seven thousand years in China. En Sylvan Wittwer et al (eds) Feeding a Billion: Frontiers of Chinese Agricultural (1987).