Finalizamos con esta tercera parte la revisión del uso etnomedicinal de las plantas consideradas sagradas por diversos pueblos y culturas de todo el orbe
Piper methysticum: Kawa (raíz de Kava-Kava).
En Oceanía la raíz de este arbusto se usa como analgésico interno y externo (anestésico tópico), excelente como ayuda para conciliar el sueño (puede inducir sueños vívidos), y potente relajante muscular. La consideran un tranquilizante en casos de desgracias. Se mantiene el conocimiento y el sentido común. Es muy eficaz para disminuir la ansiedad y como un destensador de los músculos, anticonvulsivo, antiespasmódico y analgésico. Con una dosis aumentada parece que el kava produce un sueño profundo y reparador sin interferir en los ciclos naturales del sueño (Cass y Mcnally 1998). De 1 a 1,5 gramos de kavalactonas provocan sueño profundo en menos de media hora, un efecto comparable a los somníferos químicos de farmacia. La diferencia es que con el kava al día siguiente NO hay amodorramiento o escasa energía, como si pasa a veces con las drogas de síntesis farmacéuticas que además con frecuencia suprimen el sueño profundo y la fase REM (Rapid Eye Mouvements, movimientos rápidos de los ojos es la fase en la que se producen los sueños). La kavaína tiene un efecto anestésico local comparable a la cocaína, tanto en duración como en intensidad, además la kavaína NO es tóxica para los tejidos.
La dihidrometisticina (DHM) resultó ser más analgésica que la aspirina, con sólo 120 mg por kilo de peso del paciente que sufría dolores, se consiguieron aliviar o eliminar, mientras con aspirina se necesitaron 200 mg./kg de peso corporal (Lebot 1997). Como relajantes musculares tanto la DHM como la DHK se mostraron más potentes que las benzodiacepinas y otras drogas de síntesis química-farmacéutica. Además inhiben las convulsiones y contracciones musculares y nerviosas.
La dosis mortal en humanos de raíz de Kawa es desconocida (Rätsch 2005), ¿Cuántas drogas de farmacia pueden decir lo mismo?.
Psilocybe mexicana: Teonanácatl.
Los aztecas usaban este hongo sagrado para aliviar la fiebre y la gota. Hoy día en México se sigue usando para muchas dolencias: molestias estomacales e intestinales, migrañas y dolores de cabeza (en Erowid hay un artículo sobre uso actual de dosis bajas de psilocybes para aliviar dolores de cabeza), hinchazón, fractura craneal, daños epilépticos, y enfermedades agudas y crónicas. Sin ser chamanes muchos nativos emplean dosis sub psicodélicas de setas, sólo en caso de enfermedad (Rätsch 2005).
Albert Hofmann encontró un 0,25% de psilocibina y 0,15% de psilocina en hongos secos de la especie Psilocybe mexicana.
Psychotria viridis: Chacruna.
Las hojas de este arbusto amazónico suelen contener DMT (Dimetil Triptamina), y se usan como ingrediente principal en la elaboración de pócimas visionarias tipo yajé o ayahuasca. No tiene reputación como planta medicinal, aunque también es cierto que está poco estudiada.
Los nativos Machiguenga usan el jugo fresco de hojas de P. viridis como colirio ocular contra los dolores fuertes de cabeza (migrañas). También el LSD y la psilocibina, en dosis bajas, se han usado para aliviar estos dolores con éxito.
Salvia divinorum: Salvia de los adivinos.
Chamanes y chamanas mazatecos de Oaxaca (México), usan hojas de esta especie de Salvia en sus rituales sagrados, curativos y adivinatorios. Generalmente como sustituto de los hongos en la temporada seca, sólo unos pocos chamanes prefieren la Salvia.
Los nativos usan preparados No psicoactivos para tratar desórdenes de la orina y la defecación, dolores de cabeza, reuma, anemia, y como reconstituyente para convalecientes o para revigorizar a los ancianos (Rätsch 2005).
Sceletium tortuosum: Canna, Kanna, Kougoed.
Los nativos de Namaqualand y Queenstown, en Sudáfrica, beben un té hecho con hojas de esta plana herbácea de aspecto suculento, como analgésico y para suprimir la sensación de hambre. Las hojas frescas carecen de psicoactividad, solo la planta fermentada es psicoactiva. Las hojas y tallos contienen de 0,3 a 0,86% de mesembrina junto a algo de mesembrinina y tortuosamina (Rätsch 2005). La Mesembrina es un Inhibidor Selectivo de la Recaptación de la Serotonina, por lo que se emplea como antidepresivo. En pequeñas dosis la kanna da un efecto meditativo, en dosis mayores produciría una tonificación eufórica. Después de una hora cambia a una sedación cercana al estado de trance. Se nota un aumento de la sensualidad y sensibilidad al contacto e insensibilidad al dolor. Otros efectos experimentados han sido la liberación del miedo o el estrés, un más elevado estado de consciencia y un aumento de la concentración. En un estudio hecho con una docena de experimentadores que consumieron kanna preparado según la fórmula tradicional, la mayoría destacó sus propiedades relajantes, euforizantes, reductoras de la ansiedad y empatógenas (muchos dijeron que el kanna sólo o mezclado con alcohol reducía la timidez y facilitaba la charla con desconocidos). Kanna podría clasificarse como hipnótico-sedante opiáceo.
Tabernanthe iboga: Iboga.
La raíz de Iboga, y la de Voacanga africana, se usan en la medicina popular de África Occidental como estimulante, tónico, afrodisíaco; en casos de debilidad nerviosa, fiebre e hipertensión sanguínea. Por sus propiedades anestésicas también se usa para aliviar el dolor de muelas. Algunos chamanes prefieren la raíz de Voacanga africana, que contiene carbometoxi-ibogaína y sustancias relacionadas con la ibogaína.
En el Congo usan iboga para curar la enfermedad tropical del sueño (Rätsch 2005).
En la época colonial los franceses del África Ecuatorial comercializaron un extracto de iboga llamado lambarence, un curalotodo recomendado especialmente para tratar la neurastenia y la sífilis. Hoy las farmacias homeopáticas venden tintura madre de raíz fresca como “Tabernanthe iboga T.M.”
Algunos doctores emplean iboga para deshabituar a los enganchados a coca o heroína, pero expertos como Jonathan Ott niegan la mayor: Es imposible “curar” porque el hábito de consumir drogas es natural y consustancial al ser humano. Se trata de que nuestros hábitos se mantengan en un nivel saludable, empleando drogas puras o vegetales NO adulterados, y en dosis moderadas compatibles con la salud. Aunque experimentos con primates han demostrado que la ibogaína reduce la habituación (“adicción”) a opiáceos y bloquea parcialmente el síndrome de abstinencia, al abandonar el consumo de iboga la mayoría de los habituados a opiáceos retoman su hábito. Las criaturas humanas somos animales de costumbres fijas…
Si parece claro que la estimulación que da la iboga es de un tipo diferente a la estimulación anfetamínica. La investigación del doctor R. Paskulin muestra que la ibogaína modifica el metabolismo energético, potenciando la energía dentro de las células y en todo el organismo mediante una transformación en los hidratos de carbono. Todo el organismo esta mas sano, fuerte y enérgico. La iboga sería útil en convalecencias, acortando el tiempo de recuperación tras una infección o enfermedad debilitante (Paskulin 2010). Varios autores coinciden en que tras tomar iboga sintieron más energía y un mejor estado mental durante semanas e incluso meses. La ibogaína ha demostrado interactuar con muchos neuroreceptores diferentes, y esta sería la razón de su efectividad.
Trichocereus pachanoi (y T. peruvianus): Cactus San Pedro.
Este conocido cactus mescalínico, además de ser el sacramento ritual de los chamanes, se usa en medicina popular peruana como tónico y afrodisíaco. Las dosis sub psicodélicas irían de solo 2 gramos a 6 gramos de tejido verde seco de cactus jóvenes florecidos y cultivados en secano, recolectados tras una prolongada sequía. Tanto el pachanoi como el peruvianus tienen una piel externa dura de aspecto plástico que debe retirarse, tras el secado se pela el cacto como si fuera un pepino, guardándose la parte verde y desechando la pulpa blanquecina interior. Hay pocos análisis químicos como para asegurar que especie de cactus es más potente, pero como dijo Anthony Henman en el número 120 de la revista Cáñamo: cactus encontrados en secarrales de Barcelona resultaron tan potentes como los del Perú. Según varios testimonios que hemos recogido, el cactus San Pedro se ha extendido por todo el Mediterráneo, y es un fabuloso anti depresivo a dosis inferiores a diez gramos de tejido verde seco. En altas dosis puede proporcionar la necesaria catarsis que muchas personas necesitan para su liberación emocional. Si además de una agradable estimulación de 6 a 8 horas, se desea un efecto empatógeno (para relacionarse con los demás) harán falta 5 o 6 gramos de tejido verde seco o su equivalente en extracto acuoso de aspecto alquitranado.
Turbina corymbosa: Ololiuqui, badoh blanco, semillas de la virgen.
Las semillas de esta trepadora se usan de forma ritual y medicinal en México desde épocas pre hispánicas, entre los Aztecas y otros pueblos mesoamericanos.
Los Mayas de Yucatán usan la planta como diurético y para tratar lesiones y contusiones. En Tecún Umán (Guatemala), las hojas de esta enredadera se usan para eliminar tumores. En Cuba le llaman aguinaldo y se emplea en medicina popular como ayuda en los partos, igual que en algunas zonas de México.
Las semillas contienen de 0,012 a 0,07% de amida del ácido lisérgico y otros alcaloides relacionados. Las semillas de la trepadora asiática Argyreia nervosa contienen un 0,3% y son las más potentes, muchos psiconaútas nos han asegurado que los efectos de cuatro a ocho semillas son iguales a un cuarto de tripi (dosis callejera de L.S.D.), informando de visiones coloridas de tipo místico y efectos psicodélicos durante seis a ocho horas o incluso más. La Argyreia también se considera un afrodisíaco y tiene efectos sedantes, hipnóticos.
Virola sp.: Cumala, épena, …
Los chamanes venezolanos fuman la corteza interior seca de Virola sebifera para bajar la fiebre. Los nativos venezolanos Warao usan la sabia de Virola surinamensis para aliviar las inflamaciones bucales (Ott 2000).
Una especie de Virola no identificada se dice que es usada como contraceptivo.
Varias especies de Virola son consideradas como estimulantes cerebrales y se piensa que potencian la memoria y la inteligencia.
Algunas especies de Virola (elongata, melinonii, sebifera, surinamensis), se emplean en medicina popular para tratar enfermedades de la piel (Rätsch 2005).
Las farmacias homeopáticas venden Virola sebifera con el nombre de Myristica sebifera T.M. (Tintura Madre), para las supuraciones. Se considera un gran antiséptico.
Voacanga africana: Voacanga.
La raíz de este vegetal es de composición y efectos similares a la iboga. Algunas sustancias extraidas de la Voacanga han demostrado cierto valor terapéutico.
La tabernamontanina se usa en geriatría: arterioesclerosis, trauma cerebral, dolor de cabeza, vértigo, falta de memoria, irregularidades en la circulación periférica, etc.
La voacamina es un buen tónico cardíaco, como también lo es la corteza de la ráiz de Voacanga. La vincamina aumenta el riego sanguíneo cerebral y se usa en forma de comprimidos, en la farmacopea occidental. En erowid.org citaban un estudio científico publicado en una revista de investigación cerebral: Kombian y su equipo publicó:
“Ibogaine and a total alkaloidal extract of Voacanga africana modulate neuronal excitability and synaptic transmission in the rat parabrachial nucleus in vitro”.
Brain Res Bull. 1997;44(5):603-10.
BIBLIOGRAFIA.
Berger, Markus. 2003. Cactus Enteógenos. Cáñamo. Barcelona.
www.erowid.org
Escohotado, Antonio. 1995. Aprendiendo de las drogas. Anagrama, Barcelona
Etzel, R. 1996. Special extract of Boswellia serrata in the treatment of rheumatoid arthritis. Phytomedicine 3 (1): 91-94.
Font Quer, Pío. 2000. Plantas Medicinales. El Dioscórides renovado. Ediciones Península. Barcelona.
Guerra Doce, Elisa. 2006. Las drogas en la prehistoria. Bellaterra. Barcelona.
Gottlieb, Adam. 1977. Peyote and other psychoactive cacti. U.S.A.
Hogshire, J. 1994. Opium for the masses. A practical guide to growing poppies and making opium. Loompanics, USA. Esta editorial cerró.
Malpica, Karina. Peyote ¿Medicina tradicional o droga lúdica? Cáñamo nº 156 diciembre 2010 páginas 48 a 50.
Mediano, Lorenzo. 1985. Comunicación personal del autor de «El secreto de la Diosa».
Ott, J. 1998. Pharmacophilia o los paraísos naturales. Phantastica. Barcelona. Página 113.
Ott, J. 2000. Pharmacotheon, 2ª edición, Los libros de la liebre de marzo. Barcelona.
Ott, J. 2006. Análogos de la Ayahuasca. Ediciones Amargord. Madrid. info@edicionesamargord.com
Paskulin, Roman 2010. Aspectos terapéuticos de la mandrágora y la iboga. Revista Cáñamo nº 156 diciembre. Barcelona. Páginas 118 a 120.
Lancet, The. Nº 22 agosto de 1987.
Rätsch, C. 2001. Peganum Harmala, la ruda de Siria, páginas 182 a 184 del Especial 2001 de la revista Cáñamo: 50 Sustancias psicoactivas. Barcelona.
Rätsch, C. 1995. Las Plantas de Venus. Cáñamo ediciones. Barcelona.
Usó, Juan Carlos. 1996. Drogas y cultura de masas ( España 1855-1995 ). Taurus, Madrid.